martes, 6 de junio de 2017

Reflexión #2: El arte como negocio😒🤑

¡Hola!

En esta ocasión he escogido por tema "El arte como negocio" porque es un asunto en el que tengo mucho que decir, como veréis a continuación.
Una chica leyendo por Meyer Johan Georg




Para empezar he de decir que me centraré en el arte de la literatura, al poder hablar mejor de ello al tener un poco de experiencia tras contratar una editorial para autopublicarme y luego publicar en Amazon Kindle. Bien, centrándonos en la literatura voy a explicar a continuación unos puntos:

1. Qué es la literatura: "Arte de la expresión verbal" (RAE). Así pues, cualquier forma de expresión escrita o hablada cuyo objetivo es hacer arte, provocar emociones (positivas, negativas o ambiguas), es literatura. A partir de esta base hay quienes diferencian la "buena" literatura de la "mala" literatura, ¿basándose en qué? Por lo que he podido apreciar, creo que simplemente por comparación con "los grandes de la literatura", los mismos que en su momento fueron llamados al compararlos con los de su época "mala literatura"; así que seguramente depende del punto de vista y de los valores de la sociedad del momento. Supongo que cada uno, teniendo en cuenta qué ha leído o escuchado (literatural oral), tiene un "termómetro" y a partir de ahí hace su propia definición de literatura. Para mí la literatura es cualquier verso, frase escrita o escuchada que provoca una emoción en mí (no indiferencia).
 Artista desconido

2. Cómo el negocio prima antes que la calidad de la obra hoy en día: Este punto me frustra mucho, para qué nos vamos a engañar. En la actualidad podemos encontrar en las librerías decenas de libros de personas que simplemente han publicado porque alguien ha visto que podía sacar negocio con ello por quién es en concreto esa persona que firma como autor. Es el caso de famosos (periodistas, youtubers, twiteros...) que tienen miles de seguidores, los mismos que son una apuesta segura para los inversores de las editoriales. Aquí prima el Caballero Don Dinero, y por ello la expectativa de ganancias de unos pocos arrebata los preciados lugares en las estanterías de las librerías a autores que trabajan sus textos y desean emocionar al público.
Henn Kim

3. La literatura juvenil en España: Si nos vamos a esta sección en la mayoría de librerías españolas la veremos escondidita, por desgracia. La etapa en la que creo que es más necesaria la lectura, pues en la adolescencia se busca al "yo", fuera del umbral de los padres, y surgen tantas dudas existenciales y cambios hormonales que es importante sentirse reflejado en alguien, siendo una muy buena opción los personajes que nos invitan a tener fuerza y nos aportan valores.

Si seguimos en esta sección de la librería es necesario preguntar: ¿cuántos de los libros que ves están escritos por españoles? Pocos, ¿verdad? Esto es porque, siguiendo la ley del negocio, la gran mayoría de las editoriales piensan: Los índices dicen que los adolescentes leen poco, por lo que de primeras no vamos a apostar por un autor español para nuestra sección de literatura juvenil; busquemos los más vendidos en otros países y traduzcámoslos, así nos ahorramos unos duritos y nos aseguramos de que los pocos españolitos adolescentes los compren y hacemos caja. (Indigna, ¿verdad?)

Revisando el diccionario por Alexandre Honore

Ahora bien, de las pocas obras juveniles escritas por españoles, ¿qué encontramos? Pues ganadores de concursos (una estrategia de la editorial para hacerse publicidad entre lectores, llegando a publicar en su mayoría sólo esta obra del autor ganador); un autor con obras publicadas en distintas editoriales (no apuestan por el escritor, sino que "compran" las historias; es el caso de Javier Ruescas, un prolífico escritor); y aquellos que han logrado crear su propia marca (muy pocos, son como un milagro: Blue Jeans, Carlos Ruiz Zafón o Albert Espinosa).
 
 Today's Housewife (1918) por Haskell Coffin

Bueno, ahora que he tratado estos tres puntos creo que entendéis un poco mi frustración respecto a la situación actual de la literatura juvenil en España. Yo, como autora de este género (aunque espero que no exclusivamente en un futuro) en España, son muchas las barreras que encuentro a la hora de que el libro llegue al lector. Sin más ni menos, en un principio yo envié el manuscrito de Despertar miradas a muchísimas editoriales, ¡las mismas que en su mayoría ponían de espera como mínimo dos años! ¡Sí, dos años! (Seguramente porque, como he dicho, tienen a poca gente dedicada al departamento juvenil por las pocas expectativas gananciales que tienen). Lo que supone una tremenda desilusión para una que acaba de terminar su primer libro de la saga y que tiene la ilusión de que al menos sus conocidos lo lean en papel. Por eso me vi obligada a autopublicarme, busqué la que aparecía como la mejor editorial (Círculo Rojo) y les pagué para las dos primeras ediciones del libro (lo que me llevó y me sigue llevando un montón de quebraderos de cabeza que no vienen al caso en esta entrada).

Lámina de la Colección Libros por Jonathan Wolstenholme

Después de por fin tener el libro entre mis manos y que mis conocidos también lo tengan, ¿qué queda? ¡Pues que la gente sepa que existe, ¿no?! Y aquí se nos viene otro problema, pues una vez más no es la calidad la que prima sino quién paga más para hacerse publicidad, quién tiene más visibilidad. (Con esto no quiero dar a entender que mi libro sea lo más de lo más, pero quiero pensar que es mejor que el de Belén Esteban, claro, de lo contrario no lo habría publicado). Ya en este punto de promocionarse hay una fina línea entre el mostrar tu obra y suplicar que la lean, lo que acaba haciendo sentir al autor que está llevando a cabo una tarea un tanto denigrante, ya que se supone que la obra en sí tendría que hablar por sí misma (lo que es más difícil que en el caso de una obra pictórica, por ejemplo). En este punto creo que, dado que no puedo permitirme gastar la millonada que gastan otros en publicidad, sólo me queda el boca a boca y el rezo, deseando que mis personajes cobren vida con la lectura de muchas personas, continuando vivos en sus pensamientos.
 
Artista desconido

He aquí mi segunda reflexión del blog. ¿Qué opináis al respecto? ¿Creéis que soy una exagerada victimista de la sociedad editorial española?

¡Cazad muchas quimeras!

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón. Por desgracia la cultura se ha convertido en un negocio para unos pocos y no un bien al que todos podamos acceder, tanto autores que facilmente puedan publicar como lectores que facilmente puedan encontrar libros acorde a sus gustos y no los gustos impuestos por las grandes editoriales. Te deseo mucha suerte en tu carrera literaria :).

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    1. ¡Muchas gracias por tu comentario! Sí, al menos ahora con Internet se puede escoger qué leer, pero hay tantos libros sin filtro que puedes perderte grandes lecturas porque no apuestan por sus autores plataformas que les darían más visibilidad.
      ¡Un saludo!

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